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cirugía de la cadera

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Artrosis de cadera

La artrosis es la enfermedad articular con mayor prevalencia en la población adulta y con una incidencia que aumenta con la edad. Comienza afectando al cartílago articular, para extenderse posteriormente al hueso adyacente, cápsula articular, sinovial, ligamentos, tendones, etc.

Causas

La artrosis de cadera puede ser primaria o idiopática, sin causa predisponente, o secundaria a una lesión estructural de la articulación (displasia, traumatismo, infección) o a una enfermedad sistémica (artritis, endocrinopatías)

Manifestaciones clínicas

El síntoma más importante en la artrosis de cadera es el dolor inguinal que empeora con la flexión, aducción y rotación interna (signo del choque).

Aumenta con la actividad, con el paso del tiempo e interfiere en la realización de las actividades cotidianas. Suele acompañarse de rigidez articular. Posible irradiación al muslo y a la rodilla.

Diagnóstico

La entrevista con el paciente y la exploración física son esenciales para el diagnóstico de la coxartrosis. Hay que descartar hernia inguinal, patología de raquis, fractura de estrés o tendinitis del psoas

La exploración complementaria por excelencia es la radiografía simple en dos proyecciones (antero posterior y axial). El TAC y la RMN ayudan a ampliar estudio.

Tratamiento

Tratamientos sintomáticos: orientados a aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad de la articulación. Tratamiento farmacológico con analgésicos y antiinflamatorios, la pérdida de peso, la realización de actividad física moderada (paseos, bicicleta, piscina) y las infiltraciones (articulares y peri-articulares)

Tratamiento quirúrgico no protésico: artroscopia, artroplastia de resección y osteotomías.

Tratamiento quirúrgico protésico: prótesis de cadera (parcial, de recubrimiento o total)

 

Cirugía  Cadera

Displasia de cadera

La artrosis es la enfermedad articular con mayor prevalencia en la población adulta y con una incidencia que aumenta con la edad. Comienza afectando al cartílago articular, para extenderse posteriormente al hueso adyacente, cápsula articular, sinovial, ligamentos, tendones, etc.

Causas

La artrosis de cadera puede ser primaria o idiopática, sin causa predisponente, o secundaria a una lesión estructural de la articulación (displasia, traumatismo, infección) o a una enfermedad sistémica (artritis, endocrinopatías)

Manifestaciones clínicas

El síntoma más importante en la artrosis de cadera es el dolor inguinal que empeora con la flexión, aducción y rotación interna (signo del choque).

Aumenta con la actividad, con el paso del tiempo e interfiere en la realización de las actividades cotidianas. Suele acompañarse de rigidez articular. Posible irradiación al muslo y a la rodilla.

Diagnóstico

La entrevista con el paciente y la exploración física son esenciales para el diagnóstico de la coxartrosis. Hay que descartar hernia inguinal, patología de raquis, fractura de estrés o tendinitis del psoas

La exploración complementaria por excelencia es la radiografía simple en dos proyecciones (antero posterior y axial). El TAC y la RMN ayudan a ampliar estudio.

Tratamiento

Tratamientos sintomáticos: orientados a aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad de la articulación. Tratamiento farmacológico con analgésicos y antiinflamatorios, la pérdida de peso, la realización de actividad física moderada (paseos, bicicleta, piscina) y las infiltraciones (articulares y peri-articulares)

Tratamiento quirúrgico no protésico: artroscopia, artroplastia de resección y osteotomías.

Tratamiento quirúrgico protésico: prótesis de cadera (parcial, de recubrimiento o total)

Choque Femoro Acetabular

Anomalías anatómicas que provocan un contacto irregular entre la cabeza femoral y el borde del acetábulo en los movimientos extremos del arco de movimiento de la cadera.

Descrito recientemente, pues se diagnostica desde finales del siglo XX y está considerada como una de las causas secundarias de artrosis en la edad adulta.

Recientemente se la ha considerado como una de las primeras causa de dolor de cadera en el deportista.

Causas

Se debe a una alteración de la anatomía de una cabeza femoral no esférica con presencia de una giba en el cuello del fémur (defecto tipo “Cam”) o bien un exceso de cobertura acetabular (defecto tipo “pincer”). Se crea un conflicto mecánico que provoca en muchas ocasiones la lesión del fibrocartílago del borde acetabular (el labrum) y del cartílago articular acetabular.

 Manifestaciones clínicas

Dolor inguinal, en pacientes jóvenes y activos, que empeora con la flexión, aducción y rotación interna (signo del choque)

Diagnóstico

Es fundamentalmente clínico, es esencial la entrevista y la exploración física. Se deben descartar hernia inguinal, necrosis de cabeza femoral, patología extrarticular de raquis, fractura de estrés o tendinitis de psoas.

En cuanto al estudio de imagen, se hace necesario un estudio radiográfico específico que a veces se puede acompañar de resonancia magnética o TAC para completarlo.

Tratamiento

Conservador: Rehabilitación o infiltraciones intra o peri-articulares.

Quirúrgico: Corrección de la deformidad de forma artroscópica o abierta.

 

Bursitis

Existen entre 13 y 21 bolsas sinoviales alrededor de la articulación de la cadera, entre las más importantes están la psoas-iliaco, trocantérea e isquiática. Su función es facilitar los movimientos entre la cadera y partes blandas. Si la fricción es excesiva se produce inflamación y dolor.

La bursitis trocantérica consiste en la inflamación de alguna de las estructuras (bursas) que se localizan entre el trocánter mayor y alguno de los músculos glúteos (mayor, medio o menor).

Causas

La inflamación de esta estructura, puede estar motivada por traumatismos agudos o repetitivos. En el origen de esta afección puede encontrarse una discrepancia en la longitud de los miembros inferiores o una cirugía de cadera. Es más frecuente en mujeres de edades medias y obesas.

Manifestaciones clínicas

Dolor sordo en la región lateral de la cadera a nivel del trocánter mayor, que puede irradiarse a la rodilla. Empeora al tumbarse sobre esa cadera, al caminar o subir escaleras.

Diagnóstico

El diagnóstico es fundamentalmente clínico, con dolor al explorar la zona. Hay que descartar problemas en columna.

Las pruebas complementarias para el diagnóstico son la radiografía (a veces hay calcificaciones), la ecografía y la resonancia magnética.

Tratamiento

  1. Conservador: Hielo, AINES, fisioterapia, ultrasonidos, infiltraciones con corticoides
  2. Quirúrgico: extirpación de la bursa o reducción del tamaño del trocánter en casos refractarios.

 

CADERA EN RESORTE

Síndrome clínico consistente en la sensación o audición de un chasquido o salto en la región de la cadera con los movimientos de esta.

Causas

La cadera en resorte, es una patología extraarticular. Distinguimos dos formas, interna o externa (más frecuente):

o La primera está causada por el resorte del tendón del psoas iliaco sobre la eminencia iliopectínea en el borde anterior de la pelvis o tensión excesiva del psoas iliaco.

o La segunda está causada por el salto brusco de la cintilla iliotibial sobre el trocánter mayor. Se da más en mujeres jóvenes, sobretodo bailarinas y atletas. Más frecuentemente de causa desconocida aunque puede haber predisposición anatómica peculiar o familiar.

 

Manifestaciones clínicas

Chasquido indoloro (forma habitual de presentación) o doloroso en cara lateral o anterior de cadera con ciertos movimientos.

Esta sensación aparece al realizar movimientos activos, casi nunca de forma pasiva, al tensar la cintilla iliotibial y pasar de flexión-abducción-rotación externa a extensión-adducción-rotación interna.

Diagnóstico

Reproducción del chasquido (por el examinador o el propio paciente) ante determinados movimientos.

Como pruebas de imagen complementarias, se puede solicitar una ecografía o una resonancia magnética, que descarten otras lesiones.

Tratamiento

Indoloros: estiramientos de fascia lata (resorte externo) o psoas-iliaco (resorte interno)

Dolorosos: Inicialmente con reposo, AINES y calor local, si esto no es suficiente se pueden hacer infiltraciones con corticoides. Si no fuera suficiente, se puede plantear un tratamiento quirúrgico para alargar y destensar la banda iliotibial o el tendón del psoas.